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Arquitectos: AgwA
- Área: 7087 m²
- Año: 2023
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Fotografías:Séverin Malaud, Delphine Mathy
Descripción enviada por el equipo del proyecto. Al implicar a una multitud de asociaciones y organizaciones, el proyecto ECAM demuestra la relevancia de desarrollar una estructura de apropiación que permita diferentes usos de un mismo emplazamiento por parte de distintos agentes. Entre estos usos se encuentran los servicios de juventud, primera infancia y deportes de la ciudad, la asociación extraescolar, una biblioteca escolar y un centro juvenil.
AgwA ha demostrado su capacidad para desarrollar un proyecto capaz de adaptarse a la multiplicidad de sus ocupantes, capaz de ofrecer un programa diversificado dentro de un mismo espacio, y capaz de comunicarse y enriquecerse con todos los actores del proyecto, por muy variados que sean. Los bloques de viviendas de Bruselas se caracterizan por su parcelación. La coherencia de las calles está tan ligada a esta tipología como al estilo de las casas. El proyecto extiende este principio al interior del bloque haciendo cohabitar espacios exteriores y espacios construidos, nuevos o antiguos.
Sencillamente, este sistema crea urbanidad: cada elemento ocupa una o varias parcelas, sin superponer programas. El patrón de identidades sigue siendo sencillo y legible, en la evidente continuidad de la manzana existente. Como en un pueblo, las diferentes escalas coexisten de forma natural, creando zonas de paso y encuentro, espacios colectivos y otros más íntimos.
El movimiento principal es el de abrir la manzana y dar a los residentes la posibilidad de atravesarla, de disfrutar del parque, de la zona de juegos y de las actividades del recinto. Con entradas al sitio desde tres calles diferentes, diferencias de nivel y un paseo ajardinado, este espacio exterior se convierte en un mediador para el acceso y los usuarios. El proyecto es a la vez educativo, cultural y social, y revitaliza las actividades del barrio sin desconectarse de la manzana residencial en la que se inserta.
AgwA realizó un estudio tipológico del emplazamiento. El objetivo no era estandarizar todos los edificios, sino respetar las diferentes estéticas existentes jugando con una variación de complejidades arquitectónicas. Esta misma investigación se expresa en las propuestas tipológicas para los diferentes sistemas de entrada, permitiendo un juego más rico y sutil de acceso al emplazamiento. Este planteamiento genera un proyecto urbano mejor integrado en su entorno y que responde más discretamente a las cuestiones de urbanidad de la manzana.
Para la ECAM, las opciones técnicas sostenibles se establecieron en función del arbitraje y de una lógica económica basada en plazos de retorno interesantes y rentables a largo plazo. El primer reto era optimizar los edificios existentes y minimizar las nuevas construcciones. Sólo 1362 m² de todo el proyecto son de nueva construcción y siguen criterios pasivos.
La sostenibilidad también se refleja en la arquitectura, en la maximización de los espacios exteriores, en la legibilidad de la estructura espacial, en la escala humana de los lugares, en la flexibilidad de uso y en la accesibilidad para las PMR. La calidad medioambiental del proyecto es una cuestión primordial: minimización de superficies impermeables, creación de una cuenca de aguas pluviales, diversidad vegetal, etc. El interior de la manzana se transforma en una nueva reserva de biodiversidad dentro de la ciudad.